En
su investigación sobre el sincretismo en la obra de
Wifredo Lam (4), Lázara
Menéndez afirma que: "no resulta satisfactoria la
identificación de la religiosidad popular afrocubana
y la obra de Wifredo Lam". Sostiene esta tesis, una
profunda investigación realizada sobre el repertorio
iconográfico del artista y la variabilidad con que
el mismo lo utilizó. Es cierto que Lam
estudia y utiliza expresamente elementos
de distintas cosmogonías, en su significado simbólico
universal y mediante un proceso de apropiación conceptual.
Considero que es parte del proceso creativo del artista
y no una excepción, el tratamiento expresado con la
representación de Eleguá citada por esta investigadora.
Es parte de un proceso de diseño de iconos a partir
de categorías universales y conceptualizaciones personales
del artista; numerosos especialistas valoran la representación
plástica de lo africano en sus obras mediante un sistema
iconográfico basado en categorías de signos universales.
En la entrevista realizada al pintor por Gerardo Mosquera,
Lam dijo: "Africa no sólo fue despojada de sus hombres
sino también de su conciencia (...). En éste (se refiere
a La Jungla, la acotación es de, la autora) y en mis
otros cuadros me propuse poner los objetos negros
en función de su paisaje y su mundo propios. Mi pintura
es un acto de descolonización, no física, pero sí
mental. En Africa me consideran el mejor pintor de
ese continente, a pesar de que casi no lo he visitado".
Es
en ese contexto y con esa intención que numerosos
estudiosos coinciden en que en sus obras no hay referencias
explícitas, sino universalización, construcción de
símbolos a partir del estudio y que el artista consuma
genialmente en una forma plástica que el espectador
puede reconocer como si fuera arquetípica.
Roberto
Diago Querol es otro de los pintores cubanos
en cuyas obras aparecerán referencias al mundo afrocubano.
Nacido en Matanzas, se gradúa en San Alejandro en
1941 y se desempeña como Profesor de la Escuela de
Artes Plásticas de Matanzas desde 1945 a 1957. A partir
de los años /60, coincidiendo con cambios introducidos
por la Revolución Cubana, se manifiesta una libertad
en la práctica de cultos religiosos que antes estaban
postergados, pues los sistemas de poder político de
la etapa entre 1902 y 1959, mantenían la institucionalización
de la religión católica y su preeminencia sobre otras
formas de culto. También ocurre un proceso de sistematización
de la educación artística en todo el país que facilita
el acceso de personas con vocaciones hacia el arte
a los niveles de estudio básico, medio y superior;
así como una atención especializada para profundizar
en el desarrollo vocacional para quienes son aficionados.
En
el período de 1960 y hasta finales de la década de
los '80, aparecen promociones de artistas dentro de
las cuales, hay creadores con obras sustentadas en
la influencia de la cultura afrocubana y en la poética
de sus representaciones rituales. Uno de los más importantes
pintores cubanos que tratan explícitamente el tema
afrocubano es Manuel Mendive, nacido en una familia
que conserva las tradiciones yoruba y practicante
de la Regla de Ocha o Santería, el artista es graduado
de la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, en
La Habana. El crítico cubano Gerardo Mosquera ha realizado
importantes trabajos sobre su obra, ha investigado
su proceso de creación y su capacidad de incorporar
elementos exteriores dentro de su mundo personal,
logrando una coherencia estética traspasada de sabia
ingenuidad. En La Casa de los Orishas, una casa templo
que está en el barrio de La Marina, ciudad de Matanzas;
hay un altar de la Virgen de la Caridad del Cobre
(Ochún) con una obra de Mendive realizada in situ.
A
partir de la década de los '90, en la investigación
realizada por Yissel Arce Padrón y Ania Rodríguez
Alonso sobre artes visuales en Cuba y que estudió
fundamentalmente este período, se señala: "El abordaje
del campo religioso popular ha sido uno de los elementos
que sirve de puente entre la producción plástica actual
y la anterior, ahora tratado desde las coordenadas
de los nuevos derroteros expresivos. El componente
ritual puede aparecer escondido en la adulterada fachada
del simulacro o como alegoría, metáfora (...). Este
panorama se muestra como terreno fértil para acoger
en el campo artístico credos populares" (5).
Arce y Rodríguez citan a los artistas José Bedia,
Zayda del Río, Rubén Torres Llorca, Raúl Cañibano,
René Francisco Rodríguez, Julio Neira, Rolando Vázquez,
Marta María Pérez, Carlos Estévez, relacionando sus
obras vinculadas directa o indirectamente con el culto
popular a San Lázaro.
(4)
Menéndez, Lázara.- Un Eleguá para acercarse al cíclope.
Revista ARTECUBANO Nro. 1/2000. Pp. 72. Ministerio
de Cultura, La Habana, Cuba.
(5)
Arce Padrón, Yissel y Rodríguez Alonso, Ania: "Las
relaciones de poder en la devoción a San Lázaro. Revista
ARTECUBANO Nro. 1/2000. Pp. 19. Ministerio de Cultura,
La Habana, Cuba.
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