Afrocuban Anthology  
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Ebenezer Leyva: si volvieran los dragones.

By María Esther Ortiz

    

Hada (técnica mixta)       

Es posible que veamos a los dragones regresar, si Ebenezer Leyva abre la puerta cierta noche de principios de mayo, y con el viento persistente, tiembla la luz de la lámpara cenital y nos permite ver este San Jorge de fina lanza y gesto altivo, de espaldas a un dragón vencido de belleza, que busca con su vista inmortal un homenaje a Angel Acosta León, allá entre las sombras últimas de ese espacio fantástico[i]. Y que es el último de los dragones de la serie que en diciembre pasado, el pintor convocara en una exposición: todos los demás se han marchado. O al cazador enmascarado a medio rostro, que en su desnudez revela que las ataduras o los castigos personales, o la sed de belleza, o las trampas y redes del mismo hombre, pueden ser vistas con algo de esa piedad que purifica y crece, porque asume y tolera, porque espera de sí la continua perfección.

  Han vuelto ángeles, dragones, la rueda del destino, las cafeteras poderosas desde la nimiedad de su constancia en la luz amarilla de la esquina de los cuatro caminos, amparo del viajero, costumbre de una Calle Mayor y sus prodigios. Ha vuelto la serenidad de la guardiana de la casa, aparecida cuando llegó a Matanzas y halló aposento y taller; y que quiso pintarnos para que la pudiéramos saber, con su mirada siguiéndonos en todas direcciones, con su poder y eficacia del buen amor a la vida, a sus señales.

[i] Se trata de la obra “La rueda del destino”, Técnica mixta, tela, 1999.